El Amor sin Quitarse los Zapatos.

 El Amor sin Quitarse los Zapatos. 40 x100 cms Juan Calle 2010

El Amor. Ya sea fruto de la necesidad mutua o el resultado de una relación profunda se manifiesta en encuentros que algunas veces – no siempre – entrelazan a los cuerpos y las almas en eróticos remolinos, en microexplosiones que consumen la energía de los amantes en segundos... o  también a veces, en la satisfacción mecánica por apaciguar el calor del deseo y recibir a cambio la recompensa económica que aliviará las cargas de la existencia. 

El Amor sin Quitarse los Zapatos. 40 x100 cms Juan Calle 2010

Que clase de acto es aquel que se hace sin quitarse los zapatos? La Verdad no sé... en este caso la fuerza impositiva del escenario actúa como una barrera que le resta importancia a lo que pasa atrás, entre la sugestiva negrura de las bambalinas, entre el rítmico tableteo en el erótico juego de las caderas. Más allá de estos encuentros solo queda espacio para la sublimación de actos muy concretos. Sin embargo y bajo esta perspectiva es la intriga la que sugiere las historias escondidas que se han pegado de restos de materia en estas suelas de zapatos.

El Amor sin Quitarse los Zapatos. 40 x100 cms Juan Calle 2010

Paso a paso acumulan en sus huellas la memoria de los caminos, anónimos vericuetos recorridos, mil veces andados y desandados, rastros recogidos de diversos suelos, desde el mármol y el porcelanatto, hasta la tierra infecunda, revuelta de basura y excrementos, son innumerables sus pasos dictados por el destino, al encuentro con los amantes. Para esto fueron hechas. En la búsqueda por romper el ayuno sexual, o ellas, por lograr llenar el estómago por unos días más, las humildes suelas en sus inciertas idas y venidas, se untan de inmundicias y toda clase de basuras que van poblando por donde camina la gente, mojadas, desgastadas y rotas, algunas con más suerte -aunque maltrechas- se mantienen secas, y una que otra se presentan como nuevas, como acabadas de salir del almacén.

Hasta la Próxima, 

Juan Calle